Gustavo Lopez septiembre 7, 2022 No hay comentarios

Miercoles 7-9-22
Texto Eduardo Paladini (ISEV). Revista Parabrisas
Ilustración Leandro Zulman

Comer en exceso, beber alcohol o dormir poco, fatiga a los conductores y causa accidentes inexplicables

Entre los accidentes que ocurren a diario en las rutas argentinas, hay algunos cuyas causas son muy difíciles de encontrar en un primer momento. Son esos accidentes «inexplicables», donde un vehículo cambia imprevistamente de carril y soporta una colisión frontal, frena bruscamente y es embestido por detrás, cae a una zanja al costado de la ruta, o choca contra un poste mientras circula solitario en el asfalto.

Cuando luego se investigan estos accidentes, hay un elemento que aparece casi sistemáticamente como factor desencadenante: la fatiga de los conductores. Estos se quedan dormidos y pierden el control del vehículo, que puede salir disparado para cualquier lado. «Manejar dormido es como andar por la casa cuando uno recién se levanta; probablemente te llevás una puerta por delante o te tropezás. En la ruta pasa lo mismo», asegura Hugo Fernández, consejero del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV). Vale destacar que para que la fatiga incida en el proceder de los conductores, no hace falta que éstos estén completamente dormidos; con el simple hecho de conducir cansados, sus reacciones serán retardadas y, por consiguiente, riesgosas.

En la mayoría de las veces, los vehículos que se ven involucrados son vehículos que recorren cientos de kilómetros sin realizar ninguna detención. Hay que tener en cuenta que una acumulación desmedida de tiempo de manejo, provoca ese cansancio peligroso para la conducción. Una buena medida es tomar como parámetro el consumo de una equis cantidad de nafta -por ejemplo, medio tanque- y cuando se gastó esa porción de combustible, el automovilista tiene que detenerse, descansar, cargar nafta y salir nuevamente a la ruta. Y cuando se vuelve a consumir esa cantidad, debe repetir la detención. Vale aclarar que no se puede tomar un mismo parámetro para todos los conductores, sino que cada uno, según sus tiempos, debe establecerse el propio.

COMIDAS MUY ELABORADAS: TAMBIEN SON PERJUDICIALES

No sólo manejar en exceso se convierte en una invitación para que la fatiga aparezca. También ingerir comidas muy elaboradas y de difícil digestión puede provocar cansancio. «Hay que tener cuidado con los alimentos `pesados’, porque insumen mucha energía para digerirse. Y encima los camioneros, que son los que mejor deberían comer, suelen hacerlo en lugares de comida ‘barata’, muy elaborada y pesada», se alarma Hugo Fernández. Una buena dieta para antes de salir a la ruta se compone de alimentos naturales, fáciles de digerir, como frutas y verduras —si son crudas mejor—. Y siempre en una cantidad moderada. También cumple un papel fundamental la bebida que se toma durante esa comida. De nada sirve realizar una ingesta liviana, si ésta es acompañada por bebida alcohólica. El alcohol retrasa las reacciones de las personas y produce cansancio, por lo que debe evitarse por completo antes de conducir.

Hasta aquí se enumeraron una serie de causas contraproducentes para manejar descansado: comida «pesa-da», bebidas alcohólicas y muchas horas de conducción sin realizar paradas. Pero la mejor manera de evitar dormirse sobre el volante, es hacerlo previamente sobre una cama. Y esto debe entenderse bien. Descansar correctamente significa dormir en un lugar confortable, desconectándose por completo del ámbito de trabajo. De poco les sirve a los camioneros re-costarse una hora en el acoplado de su vehículo o en la propia cabina.

LA HIPNOSIS AL VOLANTE: UN CANSANCIO MISTERIOSO

Existen algunos casos, dentro de los accidentes «inexplicables», en los que los conductores involucrados juran haber dormido lo suficiente antes de emprender el viaje, y también aseguran no haber comido alimentos de dificultosa digestión ni haber bebido alcohol. Sin embargo, protagonizaron accidentes típicos de un conductor dormido. ¿ Qué les sucedió? Probablemente hayan caído en un… trance hipnótico. Aunque parezca extraído de la ciencia ficción, una persona puede quedar hipnotizada mientras maneja —incluso perder la atención y accidentarse— sin que sea necesaria la presencia de un mentalista o parapsicólogo como acompañante.

La hipnosis se produce por una fatiga que no está relacionada con las horas de sueño de las personas, sino con una situación prolongada de monotonía. El conductor puede recorrer cientos de kilómetros y luego no acordarse de nada, o bien ver las señales de tránsito en la ruta y no hacerles caso a su significado. Por ejemplo, observa una señal de «Pare» y no se detiene. Esta hipnosis sufrida por el conductor puede ser ocular, auditiva o táctil —por separado o a la vez—

Hipnosis ocular: aparece en rutas rectas de terreno plano, con líneas que van al infinito; por luces y sombras intermitentes, rayos de luz permanentes sobre el parabrisas. Por objetos que cuelgan dentro del vehículo y oscilan; por el uso excesivo del limpiaparabrisas a una velocidad constante. Hipnosis auditiva: en rutas de doble mano, por el sonido que generan los vehículos que se cruzan de manera continua; por circular cerca de columnas; por ruidos producidos dentro del vehículo, música o conversaciones con un ritmo muy pausado.

Hipnosis táctil: por movimientos del vehículo, con un ritmo frecuente, que se producen por rugosidades del pavimento; también por vibraciones dentro del propio auto, que le llegan al conductor y suelen provenir de un neumático mal balanceado.

La mejor manera de evitar estos posibles «trances hipnóticos» es romper constantemente la monotonía durante la conducción. Autoridades del Instituto de Ingeniería de Transporte y Tránsito de la Universidad de Los Angeles sugirieron la instalación de carteles al costado del camino, con el fin de llamar la atención de los automovilistas. Otras medidas pueden ser ir variando la velocidad, cambiar periódicamente la temperatura interior del vehículo o mantener conversaciones que no sean monocordes.

Estos accidentes misteriosos, provocados por la necesidad de descansar o la hipnosis, suelen ocurrir en países de grandes longitudes como la Argentina, EE.UU. o Rusia. También se dice que suceden desde que nacieron los autos. Aunque los expertos no se cansan de tratar de evitarlos.

TEXTO EDUARDO PALADINI • FUENTE ISEV ILUSTRACIONES LEANDRO ZULMAN

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