Gustavo Lopez diciembre 6, 2018 No hay comentarios

La posibilidad de que un auto se incendie es muy reducida, pese a lo que se ve en las series americanas, pero aún así es importante saber cuales son las causas, como prevenirlas y como evitar que el fuego consuma su vehículo

Nota Revista Auto Test Nro 105

Todos han visto desde un simple choque hasta las caídas más violentas de un barranco que invariablemente terminan con el auto incendiado en una película norteamericana. Si bien la realidad es bien distinta, un vehículo puede llegar a incendiarse, ya sea por un desperfecto eléctrico o a causa de un accidente, una posibilidad que está contemplada por los fabricantes y para las que se establecen una serie de requisitos y pruebas que deben superar todos los modelos.

Más allá de que las posibilidades existen, no es fácil que un auto comience a arder porque sí. Una de las causas pueden deberse a un cable mal diseñado, calculado para soportar una temperatura inferior a la que se expone. Con el calor, la malla plástica que recubre al cable se funde, logrando que ante un contacto con otro elemento que provoque un cortocircuito se inicie la llama. El inicio del fuego también puede deberse a que el cable esté doblado o tenga un punto de roce con algo, de forma tal que se acabe pelando produciendo el mismo efecto que en el ejemplo anterior.

Mas detonantes

Esto vale también para cuando alguien «mete mano» en la parte eléctrica del auto. Una instalación defectuosa del stereo o el simple recambio de un fusible por uno de mayor amperaje puede dar lugar a un incendio. La parte interior de la consola aloja un gran número de cables y motores eléctricos que «facilitan» el nacimiento del fuego.
Otra de la posibilidades es que exista una fuga de combustible que caiga sobre una parte caliente del motor. La nafta no se inflama fácilmente (contrariamente a la creencia general), pero puede ocurrir. De todas formas los vehículos fabricados en la actualidad están diseñados para que los conductos de combustible no pasen por encima de las partes calientes, evitando las consecuencias de una posible fuga.
La tercera posibilidad de incendio puede darse por parte de un descuido de los ocupantes. Un cigarrillo mal apagado o que se presume «voló» por la ventanilla y quedó dentro del habitáculo también puede iniciar fuego.
Si bien no hay que descartar a las malas instalaciones y a los descuidos, la situación más frecuente es la de la falla eléctrica.
De una forma o de la otra, la presencia de un incendio es reconocible por el olor a quemado. De reconocerse este olor, muy probablemente de plástico quemándose, lo que se debe hacer es detener el auto, quitando el contacto. De no reconocerse el lugar de donde proviene el olor, lo recomendable es revisar primero el interior y, de ser necesario, abrir el capot. Esta operación requiere de mucho cuidado, va que de existir una llama, al abrir el capot se produce un ingreso de aire en el vano que activará al incendio, produciendo una inflamación repentina. Si efectivamente algo se está quemando, utilice el matafuegos, trapos, una campera o tierra, que a veces es suficiente. Desconectar el polo positivo de la batería (a veces está sujeto con tuercas, mientras que otros tienen una llave que se puede aflojar con la mano) ayudará a que el fuego no se propague por las partes eléctricas.
Ante un accidente El incendio de un vehículo a causa de una colisión es muy infrecuente, es más, las explosiones son sólo parte de los guiones de una película hollywodense. Pero para evitarlos, los automóviles actuales cuentan con medidas de seguridad que evitan fugas de combustible en caso de un impacto. Los vehículos llevan una bomba de combustible que envíala nafta desde el tanque hasta el carburador o el inyector. Esta cantidad siempre es más de la necesaria y lo que no se consume vuelve al tanque. Desde hace unos años, los autos, incorporan un dispositivo que, en caso de impacto, corta el suministro de la bomba de combustible. Gracias a esto si por causa del accidente una parte del recorrido del suministro se cortara, la bomba ya habrá interrumpido el envío. Sin embargo, y debido a la presión que lleva, la nafta podría derramarse luego del corte de la bomba. Nuestras calles no son parte de una película pero, como se ve, un incendio es posible. Lo importante es estar prevenidos para sofocarlo antes que el fuego se lleve, en el mejor de los casos, a su auto.

Matafuego. No sólo por la obligación

Los argentinos solemos reírnos del destino, por eso es difícil ver a los conductores con el cinturón de seguridad colocado. Lo mismo vale para el matafuego, que es prácticamente la única solución ante un incendio. Llevar uno no evitará el comienzo del fuego, pero será lo mejor para acabar con las llamas en el menor tiempo posible. Para el automóvil, los más adecuados son los de dos kilos que están reglamentados. Que el matafuego vaya bien sujeto dentro del habitáculo es tan importante como llevarlo, porque debido a su peso, en un accidente puede convertirse en un proyectil sin control. Utilizar el matafuegos requiere de rapidez pero también de frialdad: Al ver humo o llamas, lo mejor es detenerse quitando el contacto. Tome el matafuego y salga del auto evacuando a los eventuales acompañantes. Abra el capot sin tocarlo con las manos directamente y dirija el chorro hacia la base de las llamas con el extintor en posición vertical. Ante la duda de la presencia de la llama, mande los primeros chorros del matafuego sin abrir totalmente el capot porque el aire alimentaría la llama.

Destructivo. Cuando la ayuda no llega, nada se puede hacer. El fuego es voraz

Cuando llegan los bomberos seguramente será tarde para el auto

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